¿Qué nos venden? ¿Qué compramos?
Siempre procuro no extenderme mucho cuando escribo un artículo.
Lo hago pensando que la información si es breve mejor, y tenemos poco tiempo para poder leer grandes parrafadas.
También, antes de publicar nada, consulto las últimas evidencias científicas, para actualizar todo lo que puedo los consejos que se publican en este blog.
Pero en este caso, seré breve simplemente, porque las imágenes que vais a ver lo dicen todo, y porque el único consejo que va a salir de este artículo, es que utilicemos nuestro “espíritu crítico” cuando recibamos mensajes publicitarios…
No todos los mensajes que nos llegan, por mucho glamour y felicidad que nos quieran vender, son saludables.
Voy a retroceder unos años en el tiempo para explicar lo que quiero decir. No hace tanto, porque yo lo he vivido. En los días de mi niñez estábamos rodeados de esta publicidad…
El primer alcohol que probé fue de las manos amorosas de mi madre, en ayunas y antes de ir al colegio… era un brebaje que llevaba un vino dulce “Quina Santa Catalina”, una yema de huevo crudo y azúcar… Yo tendría unos 6 años y mi cole se encontraba al final de una cuesta que bajaba hasta la puerta… Imaginad a la velocidad que bajaba esa cuesta…
Las meriendas de una tostada de pan con vino y azúcar, entraban en el menú de meriendas habitual.
Mi primer cigarro entró en mi boca en una celebración familiar, porque ya era una chica que se estaba haciendo mayor.
Pero es que el tabaco, entonces, no era algo malo…
No han pasado tantos años, pero este tipo de publicidad ahora mismo, nos pone los pelos de punta y pensamos, ¡pero qué barbaridad! ¿Cómo se podían hacer estas recomendaciones?
Pero ser crítico con la distancia que da el tiempo, es fácil.. y además ¿De qué sirve?
Lo que pasó, pasó, pero podemos aprender de ello, aprendamos a cuestionar lo que nos quieren vender en este momento.
Esta es la crítica que me gustaría llevar a los padres, abuelos, tios.. o cuidadores que estáis leyendo esto.
Pararos a pensar…
¿Cómo la publicidad de hoy en día, puede estar influyendo en la salud de nuestros hijos o nietos?
Tenemos la mala costumbre de pensar que la generación anterior a la nuestra (da igual a la generación a la que pertenezcamos), la forman personas con menos criterio, conocimientos y cultura que la nuestra… Pensamos que nosotros tenemos más conocimientos, más cultura, más criterio…
Pero entonces ¿cuál es la excusa para que ahora sigamos haciendo caso a una publicidad llena de productos no saludables…?
Haced un experimento, esta tarde cuando estéis sentados en el sofá analizar la publicidad que emitan entre vuestros programas favoritos, y pensad que en estos momentos, tenemos la generación de adolescentes, con más obesidad de la historia…
¿Cómo veremos esa misma publicidad dentro de 20 años? Porque ahora mismo ya hay muchas advertencias del peligro que tienen.
¿Dentro de 20 años con la comida basura habrá pasado lo mismo que con el tabaco?
El número de fumadores ha disminuido desde hace unos 10 años, no porque supiéramos que fumar producía cáncer, eso ya lo sabíamos antes. El número de fumadores disminuyó cuando se prohibió primero la publicidad sobre el tabaco y lo más importante, se prohibió fumar en los sitios públicos.
Ahora, tampoco está permitida la publicidad de alcohol. Estoy convencida que con el tiempo tendrán que regular también la publicidad sobre alimentación no saludable.
Pero aunque no está en nuestra mano regular la publicidad, sí que somos dueños de decidir lo que consumimos. Podemos decidir lo que entra en nuestras casas, nuestro cuerpo y lo que es más importante, lo que entra en el de nuestros hijos.