Las 6 dudas, más frecuentes, sobre Lactancia Materna en los primeros días del bebé
No voy a extenderme mucho en los beneficios de la lactancia materna.
Son tan evidentes, que es una de las pocas cosas en la crianza de un bebé, en las que actualmente nadie tiene dudas.
Solo diré, que con lo que se gasta el mundo en generar vacunas, la lactancia materna sigue siendo la mejor de ellas.
Protege al bebé de todo tipo de enfermedades en la etapa más frágil de su vida.
Económicamente es el producto preventivo más barato que existe, y ninguna leche artificial, hoy por hoy, puede ofrecernos esas ventajas.
Las dudas con las que me encuentro con más frecuencia en la consulta sobre este tema son:
1º ¿Cada cuánto tengo que dar el pecho?
Aquí, casi seguro, os encontraréis con respuestas, para todos los gustos……
– Que no pasen más de tres horas entre tomas.
– No menos de tres horas, si no el bebé se va a acostumbrar mal…
– Siempre que pida, no importa el horario…
Muchas recomendaciones han cambiado en la crianza de un niño y ésta seguramente es la que más llama la atención, sobre todo a las personas más mayores de la familia.
Y no es de extrañar, no hace muchos años, insistíamos encarecidamente, que se diera cada 3 horas, y no antes. Era nefasto para la educación del bebé.
Pero lo de tener un reloj de cuco marcando las horas cuando un bebé llega a casa, es un consejo del pasado.
¿Por qué ese cambio tan drástico en las recomendaciones?
La razón fundamental, es que hace 20-30 años la lactancia materna se consideraba casi una alimentación de segunda categoría.
Prácticamente quedó relegada a la población que no podía costearse la leche artificial.
En este contexto daba igual la frecuencia con las que las madres dieran el pecho, en consecuencia, la mayor parte de lactancias maternas fracasaban.
Las pocas madres que querían intentarlo, siguiendo estas normas, a los pocos días tenían que recurrir al biberón.
Cuando la lactancia materna volvió a considerarse el mejor alimento para el bebé, hubo que cambiar las recomendaciones.
La estimulación del pecho es fundamental para la subida de la leche, y el pequeño cumplirá con esa función.
Pero para ello tendremos que ponerle al pecho, muy, muy a menudo.
2º ¿Es normal que el bebé pierda peso?
Los bebés pierden hasta un 10% de su peso corporal en los dos o tres días después de nacer.
Pero después su cuerpo les pedirá recuperar ese peso…
Imaginaros que un adulto pierde un 10% de su peso en una semana. Dependiendo de lo que pesara, esto sería aproximadamente 6, 7, 8, 9… kilos y seguiría perdiendo peso mientras estuviese enfermo, por falta de apetito.
Superado el proceso que le hizo adelgazar, el cuerpo intentaría volver a su peso habitual, y esa persona tendría un hambre voraz, comiendo mucha más cantidad y más a menudo de lo habitual.
Por eso mismo cuando un bebé se quiere comer a mamá por los pies es que ya ha salido del bache…
Que en este caso, el bache es ni más ni menos, superar el esfuerzo que supone nacer y adaptarse a una vida fuera del útero de mamá.
“ Lo tengo colgado todo el día del pecho”
Esta es la frase más repetida por las madres en los primeros días del bebé.
Lo que para ellas es una señal de que algo va mal, hace que yo me relaje y piense….” Todo va bien” ..
En una primera consulta a un recién nacido, lo que nos preocupa, es que un bebé de pocos días duerma muchas horas seguidas.
En ese caso sí que deberéis mirar el reloj, y darle de comer como mínimo cada tres horas.
Por lo menos hasta que vayáis al centro de salud y os aseguréis que ha empezado a recuperar peso.
3º ¡Está constantemente pidiendo de comer! , ¿Es normal?
Totalmente normal, hasta tal punto, que, a estos momentos, y en plan de broma, lo llamamos el periodo del “hotel de la teta”. Haceros a la idea de que es una estancia a pensión completa.
Si estáis mirando el reloj cuando estáis dando el pecho, porque hay que hacer la comida, o tener el piso limpio, o hay que preparar el café para las visitas….. ¡malo!, la naturaleza no entiende de eso.
No os alarméis, todo lo “esclavo” que parece al principio se trasforma en comodidad y satisfacción al poco tiempo.
No tendréis que preocuparos de comprar leche, hervir biberones, levantarse de madrugada para prepararlos y salir de casa será mucho más cómodo y sencillo.
Y LOS MÁS IMPORTANTE..Disfrutar de estos momentos, pasan más rápido de lo que pensáis, y nunca estaréis tan en contacto con vuestro pequeño.
4º ¿Cuándo piden más de mamar los lactantes?
Lo más frecuente es que los bebes quieran mamar más por la noche que por el día.
Aunque no lo parezca, tiene su sentido. En pocas partes del mundo las madres pueden estar por el día dado el pecho. Están en el campo, con el ganado o cuidando de otros hijos.
Y en el mudo desarrollado, tambien ha sido así hasta no hace mucho.
El instinto del bebé le dice que por la noche es más fácil que mamá esté disponible, así que es momento de comer, casi con desesperación.
Por la mañana seguramente será el momento del día en el que más duerma.
No os extrañe, pues, ese comportamiento y en estos primeros días adaptaros a él.
Así que dormir cuando lo hacen ellos y esos ratos de dar el pecho transformarlos en momentos agradables.
Seguro que hay muchas cosas que habréis deseado hacer y como siempre estamos tan ocupados no habéis podido, ver alguna serie de televisión, leer, escuchar música….
Tenéis la excusa perfecta para pasar ratos relajadas, aprovecharlos.
Si hay un hermanito por ahí rondando, hacerlo participe de la situación, le encantará estar con vosotros.
5º ¿En qué circunstancias no puedo dar el pecho?
Una de las preocupaciones más frecuente de las mamás es el hecho de pensar que pueden trasmitirle alguna enfermedad a sus hijos a través de la lactancia materna, y no es así.
Como he comentado al principio de este post la madre lo que trasmite a través de su leche, es toda su capacidad inmunológica.
Es decir, si cogéis un catarro, diarrea… o cualquier enfermedad aguda, vuestro sistema inmunológico ya muy preparado de años de vida, se pone en marcha y crea defensas.
Todas estas defensas pasarán a vuestro hijo, así que más que la enfermedad lo que le vais a trasmitir será la medicina.
Una enfermedad aguda no se la vais a trasmitir a través de la leche, sino con el aliento y las manos, así que por regla general lavaros las manos cada vez que cojáis vuestro niño.
Si estáis muy acatarrada os ponéis un pañuelo en la nariz (tipo mascarilla), pero no dejéis de darle el pecho.
Si tenéis una enfermedad crónica consultad con vuestro médico, pero si hay algún impedimento será más por vosotras que por el bebé.
6º ¿Pero, cómo sé que está comiendo suficiente?
He dejado para el final, la que sin duda es la pregunta mas repetida y que sin duda agobia más a las madres.
Y no lo puedes saber, ni tu ni nadie, pero lo primero que tendríamos que preguntarnos sería:
¿Cual es la cantidad suficiente para un bebé?
Eso dependerá de cada bebé, así que no hay una única respuesta.
Pero lo importante, no es lo que coma, sino que engorde y crezca bien.
Un bebé no deja de ser una personita, e igual que los adultos comemos cantidades, con velocidades y horarios diferentes… con ellos pasa igual.
Tranquilos, el bebé viene con un “pack de instintos de supervivencia”,
y puedo aseguraros, que funciona mejor que la alarma de vuestro móvil.
Dentro de sus instintos, el más básico, y que sólo se desconecta en caso de enfermedad, el de alimentarse.
Confiad en ese instinto y dejar que la naturaleza haga su trabajo.
No tengáis ninguna duda, en poco tiempo veréis unos mofletes que os sonríen con toda la felicidad.