Cómo comprar vacunas en la farmacia

Para comprar vacunas en la farmacia es  imprescindible que sepas cómo transportarlas y cuanto tiempo puedes  guardarlas.

Si hace 20 años me hubiesen hecho la pregunta de cómo se debía de guardar y transportar una vacuna desde la farmacia hasta el momento en que se le administre a un niño, no hubiese entendido para nada la pregunta…

¿¿¿Una vacuna que viene de la farmacia???

¿¿Para un niño??, y que ¿¿además no va a viajar??

En aquella época, la única circunstancia en la que nos encontrábamos con esa situación, era que alguien viajaba al extranjero, y era recomendable prevenir alguna enfermedad del país al que se desplazaba.

Y es que el mundo de las vacunas de hoy, no se parece, para nada al de hace 20 años.

A veces esto ha dado lugar a alguna pequeña confusión.

Un comentario que he escuchado alguna vez:  “Qué mal va la sanidad, antes no teníamos que comprar ninguna vacuna, todas las ponía la Seguridad Social”

Más vacunas gratis que nunca

No puedo discutir, que la sanidad pública, podría contar con más recursos.

Pero la realidad, es que, en estos momentos, se está vacunando a los niños contra más enfermedades que nunca.

Si comparamos un calendario de los años 90 y el que actualmente está en vigor, comprobaremos que se ha ampliado, la cantidad de enfermedades contra las que inmunizamos en estos momentos.

Actualmente, nuestro calendario de vacunaciones es muy completo.

Pero los laboratorios siguen investigando y la oferta de vacunas diferentes sigue aumentando

El proceso para que una de estas nuevas vacunas entre en nuestro calendario es largo, y puede que alguna de ellas, por distintas razones, no entre en él, al menos de momento.

Tampoco ésta es una situación nueva, por ejemplo la vacuna de Hepatitis A, lleva años comercializada y nunca ha entrado en el calendario de vacunas  y sólo se la ponen a personas con algún factor de riesgo.

Con los años aparecieron otras vacunas

La vacuna contra la varicela (Varivax) ha tenido una vida muy agitada, en estos momentos ya forma parte de nuestro calendario.

Con la vacuna antineumocócica (Prevenar) también se podría escribir una novela con su historia. En estos momentos también se administra dentro del calendario de vacunas.

La vacuna contra el rotavirus (Rotateq) y posteriormente (Rotarix), ninguna de las dos está financiada, y tiene que ser comprada por los padres.

La situación en la que unos padres, deciden comprar una vacuna no financiada y traerla al centro de salud para que se la administremos a sus hijos, parece que no va a ser una moda pasajera, sino algo que va a formar parte de nuestro sistema.

Hoy en día, el porcentaje de vacunas que administramos y que no salen de nuestras neveras, es alto.

Pero hasta ahora y en general, teníamos la seguridad de que, aunque no salieran de nuestras neveras la cadena de frio se mantenía.

Porque los papás la compraban y las traían directamente desde la farmacia.

Esta práctica, totalmente correcta, se está rompiendo.

Con la aparición de la vacuna contra el meningococo B o Bexsero, se ha creado una alarma en los padres, que ha generado una demanda de dosis muy por encima de las dosis disponibles en las farmacias y el mercadeo que se está generando alrededor de esta vacuna es preocupante, o por lo menos a mí, me preocupa.

Mantener su eficacia

Cualquier vacuna es un producto sensible, que necesita mantener la cadena de frio para que no se altere su eficacia.

Cualquier manipulación inadecuada puede ocasionar una pérdida de potencia y eficacia, o lo que es lo mismo, que esa vacuna no genere ningún tipo de inmunidad, con lo que no conseguiremos nada administrándola, y el niño podrá enfermar igual que cualquier otro que no haya sido vacunado.

En estos meses hemos tenido que tirar alguna vacuna porque venía congelada, o había caducado en la nevera de los padres, ayer una mamá me contaba que la había tenido que tirar porque se le estropeó la nevera… y volvía a estar en lista de espera, para conseguir la siguiente dosis.

La duda que me surge es ¿y aquellas vacunas que hayan ido perdiendo eficacia, a lo largo de días y días de permanecer en una nevera que no dispone de control de temperatura?

No tenemos manera de saber esto cuando nos las traen, no tienen ningún reactivo que cambie de color si se pasan de una temperatura determinada…

Por todo ello, mi consejo es que deberían ser compradas en la farmacia y en el momento de ir al centro de salud para que se la pongamos al niño.

O sea, adquirir sólo la vacuna que se va a administrar, NO LAS DOSIS SIGUIENTES.

Aunque en la farmacia no garanticen tener las dosis siguientes a tiempo

Es preferible poner la siguiente dosis más tarde, pero sabiendo que está en óptimas condiciones, que ponerla en la fecha recomendada, pero sin saber si se ha inactivado.

Los intervalos de vacunación son mínimos, esto quiere decir, que no se deben poner antes, pero si por alguna circunstancia se pone más tarde, no pasa nada.

No hay que correr el riesgo de que una vacuna sea totalmente ineficaz a la hora de administrarla.

MI CONSEJO ES SIN DUDA ALGUNA, NO GUARDAR LAS VACUNAS EN NINGUN SITIO QUE NO PUEDA GARANTIZAR LAS CONDICIONES DE TEMPERATURA CONSTANTE QUE INDICAN LOS FABRICANTES EN LAS FICHAS TECNICAS. COINCIDE PARA TODAS LAS VACUNAS, Y ESTA ES ENTRE 2 Y 8 º C.

Otra cosa es la estabilidad que aceptan las vacunas en temperaturas fuera de este intervalo.

 

Resumiendo:

Las vacunas toleran peor las temperaturas por debajo de 2 grados que por encima de los 8 grados.

  La congelación, o lo que es lo mismo estar por debajo de los 0 ºC, inutiliza al instante cualquier vacuna, y esto no es tan difícil que se produzca, tenerla demasiado cerca de los acumuladores de frio, que se utilizan para su trasporte, puede provocar esta situación.

No ocurre lo mismo con las temperaturas por encima de los 8 ºC,  y cada vacuna tiene una capacidad diferente de mantener su eficacia por encima de ellas.

http://vacunasaep.org/manual/Cap4_2_Estabilidad_vacunas.pdf

En este último enlace además veréis las recomendaciones de la Sociedad Española De Pediatría sobre como guardarlas y que características debe tener un frigorífico y los dispositivos necesarios para hacerlo.

Si la vacuna es comprada de camino al centro, y no va a trascurrir una hora hasta su administración, no haría falta ningún tipo de cuidado especial, simplemente con guardarla en su caja para evitar que le dé la luz directa, sería suficiente.

Si se lleva a casa, debería meterse inmediatamente en la nevera, no en la puerta del frigorífico, colocarla en un estante central, por supuesto nunca en el congelador. Abrir la nevera lo menos posible y  garantizar que esa nevera se mantiene entre 2 y 8 ºC

http://vacunasaep.org/documentos/manual/cap-6#5

Según la Sociedad Española de Pediatría estas serían las condiciones óptimas para conservar una vacuna.

Si queremos que la vacuna que administramos a nuestro hijo sea eficaz, su conservación y transporte debe ser tan riguroso como cualquier otra vacuna que se administra dentro de calendario.

 

Decálogo de la cadena de frío

A continuación se relatan los 10 puntos considerados más importante para un correcto mantenimiento de la cadena del frío en el manejo, transporte y almacenamiento de vacunas, según la Sociedad Española de Pediatría:

1. El mantenimiento de la cadena de frío de las vacunas es una condición fundamental para garantizar la eficacia del programa de inmunización.

2. Las vacunas son medicamentos biológicos, termosensibles y fotolábiles que pueden verse degradados por el frío, el calor y la luz, lo que puede ocasionar una pérdida en su capacidad inmunizante.

3. La temperatura óptima de conservación para lograr el efecto protector y evitar reacciones no deseables se encuentra entre +2 °C y +8 °C.

4. Cualquier alteración en la cadena de frío puede ocasionar la pérdida de la capacidad inmunizante que es acumulativa, permanente, no se recupera y se incrementa con el tiempo de exposición.

5. Debe existir en cada centro sanitario la figura de un coordinador (y un sustituto) que sea responsable de la conservación, manipulación y almacenamiento de las vacunas.

6. Se debe realizar el control de las temperaturas por medio de las lecturas de los termómetros y su registro correspondiente, dos veces al día, al comienzo y al final de la jornada laboral.

7. Cualquier anomalía de la temperatura que se produzca deberá ser comunicada lo antes posible al responsable del distrito o área sanitaria, quedando dichas vacunas inmovilizadas hasta que se notifique si se pueden utilizar o no.

8. El protocolo de actuación sobre la cadena de frío debe ser consensuado y actualizado por todo el equipo integrante del programa y dado a conocer a todo el personal sustituto.

9. De la misma forma, debe colocarse en lugar visible, los teléfonos, fax y correo electrónico de la persona responsable superior a la que dirigirse en caso de rotura de la cadena de frío.

10. Los fallos en el transporte, conservación y almacenamiento de las vacunas constituyen un riesgo real y son más habituales de lo deseable.

 

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