Miércoles, día 7, a las 15:30 h.
La sala para realizar actividades grupales estaba abarrotada…
Mi querida Nieves, que es la señora que se encarga de limpiar los rastros que dejamos los sanitarios, me preguntó
– ¿ pero cómo habéis cabido tanta gente?…..
En ese corto espacio, no solo físico, sino tambien temporal estaban:
Mamás y papás reaprendiendo, una forma diferente, de ofrecer alimentación….
Compañeros profesionales tambien interesados en ver como desarrollamos los talleres……
Nuestra sala se quedó pequeña…. Incluso se podría decir que agobiante.
16 enfermeros que debían estar en la calle Bretón (sede del colegio de enfermería) estaban media hora antes, de la hora en que debia comenzar el curso , y en la otra punta de la ciudad, para ver como realizábamos el taller.
Estas personas más alla de los puntos o créditos que les puede dar el curso, son profesionales que quieren hacer otro tipo de asistencia…
Soy una convencida de que los grupos y el aprendizaje grupal consigue muchísimo más que lo que podemos hacer en las consultas individuales.
Pero no es fácil llevarlos a cabo. Sobre todo, porque nadie nos ha enseñado como hacerlo.
En los años de carrera nos enseñan muchas cosas y todas fundamentales, pero no nos enseñan a cómo realizar actividades grupales.
Gracias…
Muchas gracias a las mamás y papás que me ayudaron a realizar una clase práctica de cómo hacemos los talleres.
Muchas gracias a los alumnos por saltarse el programa establecido, con el objetivo de aprender.
Creo que fué una experiencia genial para todos, a pesar del calor y de la falta de espacio.
Todos aprendimos muchísimo, sobre todo yo…
Así que aquí está nuestro reportaje del evento, espero que disfrutéis de él por lo menos tanto como hicimos los presentes.
Luna acudió con la mala fama de ser mala comedora, o por lo menos eso era lo que pensaba su mamá…
Nos demostró a todos de lo que es capaz……
Y para que veáis que a veces a los bebés no les hace falta ir a ningún taller para empezar a probar alimentos… os dejo este video, donde Aira, estas navidades, decidió probar la mandarina que estaba comiendo su papá, con tan sólo 4 meses y medio.
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