Falta todavía mucho para pretender que vuestro hijo se duerma solo.
Aunque mi recomendación es comenzar a educar el sueño mucho antes de que a un niño, por edad, se le pueda pedir hacerlo.
Voy a poner un par de ejemplos de lo que quiero decir:
Mucho antes de pretender que un niño escriba, podemos ayudarle a aprender a coger una pintura y conseguir que haga un rayote. Será todo un logro.
Cuando un niño comienza a andar, han transcurrido meses fortaleciendo los músculos de sus piernecitas, aprendiendo a mantener el equilibrio, a dar pasitos con ayuda…
Se me ocurren muchísimos ejemplos similares a éstos.
Educar el sueño, a mi modo de ver, no es muy diferente…
A partir de los 6 meses podemos comenzar con ese aprendizaje. Pero sin pretender que a esta edad nos deje descansar toda la noche, ni siquiera podemos pretender que, de momento, se duerma solo.
Con el inicio de la alimentación complementaria, el horario de las comidas ya no será tan caótico como hasta ahora. Poco a poco, estableceremos unos horarios más regulares en la alimentación. Aunque llegar a las 4 o 5 comidas reguladas nos llevará meses.
RUTINAS, RUTINAS, RUTINAS….
Un gran aliado de los padres.
A esta edad podemos ir iniciando las rutinas que ayudarán a un niño, en un futuro, a prepararse para ir a la cama.
¿Por qué funcionan las rutinas?
Porque da seguridad saber lo que va a ocurrir en cada momento.
No saberlo, por el contrario, nos obliga a estar alerta. Nos impide relajarnos, y por lo tanto dificulta conciliar el sueño.
Esto se cumple en general en la mayoría de los adultos, y más si cabe, en los niños.
Seguramente pensaréis que un niño de seis meses no entiende de rutinas, porque todavía es muy pequeño para percibir si las hay o no…
No importa demasiado hasta que punto las percibe, porque tardará pocos meses en hacerlo, y para ese momento las tendremos que haber establecido, no sólo para ellos. Más importante aún será que las hayamos adquirido nosotros…
Esto no se consigue en un día, ni en una semana…
Serán efectivas cuando el niño las perciba como tales y para ello las tendremos que haber repetido muuuuuchas veces…
Algunas rutinas que nos pueden ayudar:
1º Preparar el ambiente
En los últimos momentos del día del bebé, podemos preparar la casa para entrar en la noche.
Disminuir la luz haciéndola más tenue y eliminar los estímulos que puedan excitar al bebé.
Bajar el volumen de la televisión, si la apagáis, mejor, y cambiarla por una música suave…
Poco a poco percibirá que el cambio de escenario significa ir a dormir…
2 º Baño
Realmente por higiene no es necesario bañar a los niños todos los días. Pero si observáis que el baño les relaja y les predispone para dormir, hacerlo e incluirlo en vuestra rutina diaria.
3 º cena
Con la introducción paulatina de otros alimentos diferentes a la leche, poco a poco se irán estableciendo horarios más estables en las comidas…
Además, irá aumentando la cantidad que come y hará que la pausa nocturna, al menos por necesidad de alimento, pueda ser más larga.
4 º Vamos a la cama
Si le estás dando el pecho será fácil que se duerma mientras lo toma, lo mismo puede ocurrir si le estás dando el biberón…
Intentar dejarlo en su cunita sin que esté dormido del todo, y quedaros allí, que vea que estáis a su lado…
Los primeros días seguramente le tendréis que volver a coger, no pasa nada, repetirlo todos los días, poco a poco se habituará a dormirse de otra manera…
Todos establecemos rituales para dormir, los niños también lo hacen y cuando se despierte durante la noche necesitará volver a dormirse de la misma manera.
Conseguir que concilie el sueño al lado nuestro, en vez de encima nuestro, ya es un gran paso.
5º Atención justa, ni mucha ni poca
Si se despierta intentar atenderle inmediatamente, será difícil que se duerma solo nuevamente, y lo más fácil es que se despierte del todo y luego le cueste más coger el sueño. Pero procurar no encender la luz, ni cogerlo en brazos.
Si no se vuelve a dormir, cógelo, pero intenta primero que vuelva a dormirse sin hacerlo. Dale la mano, acaricialo susúrrale algo cariñoso…
Insisto, puede que no lo consigas a la primera, ni a la segunda ni a la tercera… pero si no lo intentas, tampoco funcionará.
Las rutinas dependerán a la vez de vuestra rutina familiar. Y no tienen por qué coincidir con las que he descrito exactamente, pero es importante que haya una, y que busque la relajación del niño.
Un ejemplo que he vivido muy de cerca, y que viendo los resultados no es buena idea, es ponerse a cantar a voz en grito, a lo Rocío Jurado a las ocho de la noche e intentar que su bebé se duerma una hora más tarde.
Jugar, ver televisión, o cualquier actividad que lo excite, tampoco son buena idea…
En vez de eso, os recomiendo contarles un cuento pausadamente.
A partir del año estas pautas sencillas pueden ser reforzadas con otras…. que podremos poner en práctica a partir de esa edad.
De ellas hablaré en el siguiente post.
2 comentarios
Esta vez te has superado, sin dudarlo impresionante artículo!!!
Saludos
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado el articulo.
el sueño infantil es uno de los temas que más preocupa a los padres, y muy difícil de abordar, de hecho, si revisas la bibliografíía, hay muchísima sobre alimentación, pero realmente poca sobre el sueño. y las pautas que podemos aconsejar tardan tiempo en funcionar, pero funcionan.